martes, 22 de enero de 2013

Cine venezolano: Mayami nuestro, reflejo de la Venezuela de los "petrodólares"




Por: Isabel Andara
Artículos-Multimedia/@andara12

Carlos Oteyza, director del documental venezolano Mayami Nuestro
Producido en el año 1981, el documental, Mayami Nuestro, denuncia, en 34 minutos, la conducta de la sociedad venezolana, durante la bonanza económica, producto de la riqueza petrolera de finales de los años 70´ y comienzo de los 80´, en Venezuela. 


Este documental fue realizado por el historiador y cineasta venezolano Carlos Oteyza, quien también ha dirigido producciones como Cua (1978), Chuao (1979), Santa Elena de Uairen (1980), La isla (1983) y el largometraje El escándalo (1987). 

Oteyza se ha caracterizado por siempre “dar que pensar” en sus realizaciones, además de imprimirles reflexiones históricas. “Los films de Oteyza son siempre dialógicos, debates didácticos despojados de retórica (...). Lecciones contundentes de historia visualizadas con claridad, ¡historia de los pueblos de Venezuela!” (Trigo y Vilda 1983:209)

Estos autores también destacan: “Los cinco títulos corresponden a cinco lugares geográficos, cada uno de ellos signo y símbolo de una connotación muy concreta y significativa para Venezuela (…) realizan una acercamiento a la lejanía histórica y cultural desde la perspectiva presente”.

Mayami Nuestro no fue la excepción, pues si bien es considerada una película que trata y denuncia un temática social de la sociedad, en la cual es precisamente esta la protagonista de la historia por ser la que tuvo la oportunidad de vivir ese momento histórico.  A finales de los años 70´, Venezuela vivía una época de bienestar económico, producto del aumento de los precios del petróleo. Los dólares se vendían a Bs. 4,30, mucho más baratos al valor real, razón por la que los venezolanos (clase media) tenían la posibilidad de viajar a los Estados Unidos cada fin de semana y regresar con maletas y maletas de cosas. En este sentido, Carlos Aznárez dice: “El boom petrolero – la Venezuela Saudita, como era llamada entonces – facilita las cosas, sobran dólares para repartir a quienes pongan cara de buenos y pacíficos muchachos

El director, entonces, para retratar este escenario en su trabajo documental, les dio más cabida a los norteamericanos que a los propios venezolanos, pues creo que su intención era exponer y resaltar la conducta despilfarradora de los venezolanos, a través de las opiniones y declaraciones de comerciantes, banqueros y profesores estadounidenses

"Es un mediometraje que supo retratar muy bien a la clase media de la Venezuela de los petrodólares, consumista y botarata", afirma Luis Alberto Lamata, citado por Efraín Castillo, en el artículo: algunas películas venezolanas que usted debe ver. El trabajo resaltó tres aspectos de la conducta de los venezolanos en Miami: despilfarro (compras y compras de ropa y artefactos de marcas prestigiosas), diversión (viajes a Disney Word) e inversión (adquisición de los condominios y las casas más caras en EE.UU). 

Durante el mediometraje, Oteyza presentó testimonios de los comerciantes del centro de Miami, quienes afirmaban que el 80% de los turistas que llagaban eran venezolanos, siendo esta una opinión compartida por los banqueros e intelectuales, que aseguraban que “el mercado venezolano había hecho el centro de Miami”. 

Igualmente, puedo decir que Oteyza también quiso mostrar la manera cómo los estadounidenses veían a los venezolanos. Derrochadores, consumistas eran las características que percibían los “gringos” en los turistas venezolanos.  Es por eso que, como lo relata la película, los ministros, banqueros y comerciantes, al observar esas conductas, les ofrecían traslado gratis y miles de atenciones, que junto a las ofertas en casi todas las mercancía, ayudaron a que los compradores venezolanos se reconocieran por decir “ta´ barato, dame dos”. Sin embargo, ante todo esto, el director también utilizó testimonios de los compradores venezolanos que fueron al estado de Florida. En mi opinión, lo hacía como para de alguna manera sarcástica idiotizar o ridiculizar sus actitudes.  De la misma forma, intentaba hacerlo con las escenas que mostró; venezolanos comprando y llevándose carros con maletas repletas de mercancía obtenida en el centro, así como también afirmando que eran tantos los venezolanos que iban allá que se reconocían y se saludaban en las calles. 

Me llamo la atención que uno de los entrevistados en Disney Word dijera: “Esto es un recuerdo que a uno le queda. Todo es perfecto, vinimos a gastar los bolívares qué más vamos a hacer”, lo decía con tanta tranquila como si nunca se le fuera a acabar el dinero.  Es importante resaltar, de la misma manera, que las relaciones de nuestro país con los Estados Unidos, en ese tiempo, funcionaban muy bien.   Los venezolanos eran considerados como los “reyes de midas”, adorados por los empresarios, banqueros y hasta por las mujeres “gringas”, quienes anhelaban que los visitaran constantemente para recibir todo su dinero. 

Mientras tanto, en nuestro país la sociedad venezolana estaba divida. La riqueza no era uniforme, por lo tanto no todos podían viajar. Existían los pobres al extremo, los cuales vivían marginados en los cerros y ciudades del interior de país, y  los ricos de clase media que tenían acceso a los petrodólares. 

Creo que la clase media en esa época intentaban  de uno u otro modo huir del país, porque aquí la vida era muy cara. Muchos de estos “mayameros”, al regresar, revendían la mercancía que traían, porque hasta eso era más barato que comprar en la Venezuela de ese entonces. 

Resultaba más económico, porque el bolívar, frente al Dólar, la moneda fuerte y de referencia para ese tiempo, estaba devaluado. Los grandes empresarios y banqueros de la clase burguesa venezolana lo mantenían sobrevaluado, es decir por debajo de su valor real, por lo que resultaba mucho más económico y rentable comprar con dólares en el exterior. 

Es por eso que esta clase social aprovechaba el momento para hacer grandes inversiones en el estado de Florida, sin embargo “La Venezuela Saudita, duró solo algunos años, hasta que llegó el llamado “Viernes Negro”, pues ya no se podía seguir manteniendo el bolívar a un valor que no era el real. 

Me parece buena la orientación que le dio Oteyza a su trabajo, que de cierta manera criticara o evidenciara la conducta egoísta de estos ciudadanos que siendo los únicos que tenían dinero y que sabían la verdadera situación del país, no hicieran nada por arreglarlo o mejorarlo. Pienso que con esa actitud los mismos venezolanos estaban “desangrando” su propia nación

Actualmente, en Venezuela la situación económica con los petrodólares es parecida; se vende el barril de petróleo a buen precio y hay bonanza petrolera, pero la gran diferencia que existe con aquel tiempo, es que el país ha cambiado sus socios comerciales. Ahora hacemos negocios con China, Rusia o Cuba 

En fin, se puede decir que el documental, Mayami Nuestro, es el reflejo de la Venezuela de los años 80´, cargado con una dosis de reflexión histórica que hay que ver. 

Para ver el mediometraje: 







Referencias bibliográficas
-AZNÁDEZ, Carlos. (2000). Los sueños de Bolívar en la Venezuela de hoy. Txalaparta.
-TRIGO, VILDA. Pedro, Carmelo (1983). El cine de Carlos Oteyza, pasión por la historia. Semanario Interdiocesano de Caracas.
-CASTILLO, Efraín. (2009). Algunas películas que usted debe ver.  Revista Estampas, El Universal.

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