Poesía venezolana
Los
duendes
(Andrés
Bello)
¿Qué
ruido sordo nace?
Los cipreses colosales
cabecean en el valle, y
en la menuda nieve caen
deshojados
azahares
¿Es
el soplo
de
Los Andes
atizando
los
volcanes?
¿Es la tierra
Que en sus bases
da balances?
No es la tierra
Son los duendes
Que ya salen
Espinito
Pura Espina
(Alberto
Arvelo Torrealba)
Espinito,
pura Espina
sin hojas y medio secor,
cuando vengan las garuas
te retoñaran luceros.
La siesta escurrió su sed
bajo las viejos palmares
y las chicharras estiran
de penca en penca su alambre.
Te retoñarán luceros
para pagar con perfumes
la amarga burla del viento.
Nocturno
(Otto D´Sola)
Media Luna
en la punta de los pinos.
-¡Apaga la luna, muchacha;
el viento anda desnudo;
se va a morir de frio!
Gota
de Agua
(Pablo
Rojas Guardia)
El Ferrocarril de las
hormigas
lleva el corazón hasta la
infancia,
y en estación dorada
-frescor de vacaciones,
fuga de números y de letras
plateadas-
la abuela limpia el ojo del
corral
para que las gallinas
picoteen el cielo.
Ahora, en la fruta más alta,
un pájaro está mordiendo el
sol.
Rayo
de sol
(Ángel
Miguel Queremed)
Rayo de sol
crencha dorada
en la cabeza del bosque.
Rayo de sol
amiguito
escapado
de la escuela.
Las
Garzas
(Andrés
Eloy Blanco)
¿Es una nube? ¿Es un punto
vacio
En el azul..? No, amigo mio,
es un bando de garzas… Son las novias del rio
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