domingo, 21 de octubre de 2012

Falta de tiempo, estrés, enfermedad: Mala alimentación


Por: Yulimar Pineda  
 Reflexiones/@yuliPnda
Anorexia. Ilustración por:  Jorge Balarezo, Creative Commons

Gina pasaba la mayor parte de su tiempo en la universidad y, entre clase y clase, descuidaba su alimentación. Siempre inventaba una excusa para no comer. Evidentemente, tenía un problema…

Con el tiempo, sus amigos se dieron cuenta de que Gina se había convertido en anoréxica, pues decía que le daba miedo comer, que se iba a poner gorda, entre otras cosas. “Siempre que me veo al espejo estoy más gorda”, era lo que repetía constantemente.


Cuando comenzó a desmayarse en clases, asimiló su enfermedad pero, aunque estaba convencida de que quería luchar, sola no podía; necesitaba la ayuda de un médico.  

Entonces, apoyada por sus familiares y amigos, Gina decidió visitar a un especialista para tratar su padecimiento. Al principio, era un poco inconstante con los pasos que debía seguir para su recuperación, hasta que, poco a poco, logró comer algunas porciones de comida y su salud fue mejorando; aunque ingería puros alimentos dietéticos y vegetales.

La joven cuenta que esta enfermedad se originó un poco antes de empezar sus estudios universitarios; cuando solo se la mantenía pensando en la estética de su imagen y en que  quería ser delgada como muchas de sus compañeras. Estos pensamientos se convirtieron en una obsesión,  a pesar de que no era obesa ni fea físicamente. Pero gracias al tratamiento que recibió, y a los cuidados de sus amigos y familiares logró aceptar su cuerpo y su imagen como algo único y valioso.

Como Gina, muchos podemos llegar a padecer algún tipo de enfermedad, debido a nuestra mala alimentación. Pocas veces comemos a la hora adecuadas, siempre tenemos un desorden con los horarios de las comidas y sino, no programamos un menú para la semana, ingerimos más carbohidratos en un día de lo que normalmente requiere nuestro organismo.

En el “corre corre” del día a día, el estrés del trabajo y/o estudios, no asimilamos bien los alimentos, no hacemos bien la digestión y cada vez la tasa de desnutrición u obesidad aumenta en el país. En Maracaibo, los marabinos están acostumbrados a comer en el  desayuno: un pastelito con malta o refresco, en el almuerzo: arroz con pollo frito y en la cena: una hamburguesa o cualquier otra comida menos saludable que un jugo con arepa y lechuga.

Aunque la alimentación cumple un papel muy importante en nuestra vida pocos le prestamos atención y, mucho menos, consumimos una alimentación balanceada  y enriquecida. ¡Nuestro estómago también necesita cuidados!...









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